domingo, 20 de mayo de 2012


La admiración y la envidia ( parte primera )



            Descubrieron así un millón de llamados emergentes, pero no les interesaba, ninguno sabía en qué nos habíamos sumido, el estar dependientes de un soporte tan vil lo deshumanizaba, pero él me conocía a mi y yo lo conocía a él… era algo tan interesante que no dependía del tiempo, sinó del espacio. Y esto no era una dificultad no mas.
            La admiración y la envidia son pareja, simplemente así de sencillo y cierto, y tal vez absolutamente irrefutable.
            Si nos encontramos con el amor decidido hacia un ser o algo es pues somos simples reflejos de eso que él no tiene, sinó..¿Para qué tener algo igual? Somos totalmente descartables. El hecho de necesitar al otro o necesitar la compañía reincide humanamente en la necesidad de algo. Todos creamos nuestros propios sentimientos, ¡Es más! Nos educamos susceptiblemente, amaestramos nuestras formas de percibir, decidimos cuando comenzar a llorar o cuándo reir, decidimos el momento exacto en el cual podemos abandonar un ser por un objeto, o por otros motivos racionalmente válidos. Somos totalmente concientes de que, emocionalmente como seres humanos, hemos de educar a nuestra preferencia y conveniencia a esa maquinita que tenemos bajo el cabello por el sumo control de nuestra reacción y emoción ante cualquier agente social. A fin de cuentas no hay nada mas cierto que nosotros mismos habremos educado qué hace quién en nuestro cuerpo. Envidiar no es solo un acto de necesitar algo que el otro tiene, sinó es la pareja amada de la admiración. Hay un momento determinado en el cual existirá (pues sucede con todo ser racionalmente estable) un dejo de apacigüedad y la abstinencia de ser alguien con una meta se desvanece, las medidas tomadas por nosotros mismos se desvanecen y lo único que nos queda es espiar el modelo de vida que cada uno desea llevar. Admirar es entonces la forma en que un momento de debilidad lleva a congeniar aspectos impropios como anhelados, o potencialmente adquiridos. Admirar no es mas que eso… DESEAR y ver en carne ajena la piel mutante o mas aspectos y dejar que el cariño se confunda con la necesidad de ser y estar… y que las ganas se transformen en una permeabilidad confundiéndose la socialidad con la racionalidad. Es ahí donde no nos cabe la menor duda de que alguien es admirado cuando se preparan los agentes sociales como una Excusa para generar una cercanía a eso que tanto se desea, y se tenga un contacto con eso tan anhelado, y que se acopie o no; que se absorba esa particularidad del otro que uno mismo desea... eso es todo el proceso admirador. Eso es desear algo que otro tiene y confundirlo con el “amor” con la “cercanía”.
            

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